A pesar de la cada vez más creciente popularidad de las terapias energéticas, no todo el mundo tiene un protocolo de higiene energética. Te explico por qué es importante mantener tu energía en buen estado y cómo hacerlo.

Mujer rodeada de energía azul y brillante.

Mujer rodeada de energía azul y brillante.


Las personas, al igual que todos los seres vivos, estamos rodeadas por un campo energético al que conocemos como aura. Nuestra aura tiene diferentes capas, las cuales determinan nuestro estado físico, mental, energético y espiritual. Esta aura pasa desapercibida para muchas personas, aunque algunas sí que la podemos percibir. Como cada persona es un mundo, esta percepción de nuestra aura y del aura del resto a variar de persona a persona. Hay quien la puede ver con los ojos físico, quien la puede ver con el ojo de la mente o quien, sin necesidad de verla, puede percibir su estado.

Nuestra aura, al igual que nuestro cuerpo físico, se puede ensuciar y, al igual que él, se puede limpiar. Los motivos por los cuales nuestra aura puede tener una energía turbia son muy variados y hoy nos vamos a centrar en aquellos relacionados directamente con nuestro cuerpo físico.

Hábitos dañinos

Partiendo de la base de que todo está conectado entre sí, nuestro bienestar áurico está relacionado con nuestro bienestar físico y viceversa. Hábitos como una alimentación poco nutritiva, falta de ingesta de agua y abundancia de ingesta de productos de baja vibración como ultraprocesados, tabaco y alcohol dañan nuestro cuerpo físico y, en consecuencia, nuestra energía.

La calidad de los alimentos que consumimos es muy importante. Hay muchas tradiciones que abogan por una dieta vegetariana, mientras que otras como la kosher o el islam, permiten unos alimentos mientras que prohíben otros. Estas prohibiciones, aparte de poder tener un trasfondo espiritual, se dan con la finalidad de cuidar nuestro cuerpo físico y de alimentarlo de alimentos puros.

Más allá de la religión, tradición o moral que cada quien escoja seguir a la hora de alimentarse, sí es cierto que el origen de los alimentos que ingerimos afecta directamente a nuestra energía. En el caso de comer animales, se recomienda que estos procedan de la ganadería ecológica y del a pesca sostenible y que los animales, antes de ser sacrificados, hayan sido felices y hayan tenido una buena vida. La forma en la que estos seres vivieron y murieron afecta notoriamente a la energía de los alimentos procedentes de ellos. Si vivieron una vida dura y tuvieron una muerte dramática, el dolor y el miedo que experimentaron queda impregnado en su carne y nosotras lo ingerimos al alimentarnos de ella.

Por otra parte, los productos que como el alcohol y el tabaco tienen una vibración muy baja y afectan de forma negativa a nuestro campo energético. De hecho, si te fijas, el alcohol está prohibido por muchas religiones y tradiciones. Por algo será, ¿no crees?

Aparte de dañar nuestro bienestar físico, esotéricamente hablando se cree que el alcohol atrae a entidades de baja vibración que aprovechan el momento de intoxicación etílica para aprovecharse de la energía de la persona que lo está consumiendo. Muchos profesionales espirituales evitan a toda costa ir a sitios como clubs nocturnos o discotecas porque aseguran poder sentir e incluso ver a estos seres. En mi caso y a día de hoy mientras escribo este artículo, no he visto a estas entidades en lugares como una discoteca, pero sí que es cierto que al estar rodeada de personas embriagadas sin yo estarlo me he sentido fuera de lugar, ya que estas personas están vibrando en una energía diferente a la mía. Ni mejor ni peor, tan solo diferente.

Lo que sí que soy capaz de ver es el aura de las personas. Dependiendo del momento y de cómo me encuentre, la puedo ver con mayor o menor claridad. A veces puedo asignarle un color y otras simplemente ver su claridad y opacidad. Por lo general, cuando percibo el aura de alguien opaca, suele indicar que le vendría bien una limpia, una sesión de Reiki y una alineación de chakras. Y muy posiblemente también, algún tipo de terapia como una sesión de Tarot o una lectura de Registros Akáshicos en la cual sus guías espirituales le puedan ayudar a ver qué aspectos de su existencia debería revisar y cómo hacerlo.

Prosiguiendo con el tema del alcohol, es necesario reparar en que este no siempre se consume solo, sino que suele ir acompañado de refrescos, los cuales incluyen colorantes, edulcorantes, gas y conservantes que tampoco son muy beneficiosos para nuestra salud física y energética. Así pues, el combo alcohol más refresco (comúnmente llamado cubata en España) actúa como una bomba para nuestro campo áurico. Obviamente, no es lo mismo consumir este tipo de sustancias muy de vez en cuando que hacerlo varias veces a la semana o al mes.

Por otra parte, la falta de sueño y la presencia de estrés en nuestra vida también resultan muy dañinas. Tener un sueño reparador de cantidad y poder descansar las horas suficientes es necesario para el mantenimiento de un aura sana. Piénsalo de esta manera: como el aura emana de tu cuerpo físico, si físicamente te encuentras mal, ¿cómo crees que va a estar tu aura?

El estrés, igualmente, daña nuestro sistema nervioso, facilitando la aparición de pensamientos negativos y dificultando emociones sanas como el agradecimiento y el merecimiento. Quien vibra en el estrés, se pasa el día entero luchando contra la vida al sentir que es la vida quien está luchando contra su persona. De esta manera, ¿cómo va a estar bien? Ir en contra de la vida y de su proceso es ir contra nuestra propia naturaleza. Precisamente, de esto trata mi primer libro, Serendipia. El viaje de Violeta.

Ejercicio físico

Siempre que alguien me pregunta cómo puede mejorar la calidad de su energía para poder sentirse mejor, le recomiendo que practique algún tipo de ejercicio físico. Es importante escoger un tipo de entrenamiento que te guste, de forma que lo hagas desde el gozo. Teniendo en cuenta que la calidad de nuestros pensamientos afecta a la calidad de nuestra energía, si realizas una actividad que detestas y te pasas todo el entrenamiento quejándote de lo que estás haciendo, te haces un flaco favor.

Si te gusta bailar, baila; si te gusta correr, corre; si te gusta hacer yoga, haz yoga… Haz la actividad física que te guste, pero haz algo. Tener un cuerpo sano facilita que la energía se desplace por él fácilmente. De otra manera, tienes muchas más posibilidades de que esta energía se quede estancada en tu cuerpo, provocando contracturas, varices y el cierre de tus chakras.

A la hora de escoger o cambiar tu actividad física principal, es interesante preguntarle a tu cuerpo qué necesita en ese momento. Quizás quiera correr o quizás prefiera estirarse. También, en el caso de las personas menstruantes, puede ser una buena idea variar la actividad física según el momento del ciclo en el que se encuentren.

Happy mind, happy life

Pasando al tema de la mente, tal y como decía antes, la calidad de nuestros pensamientos afecta a la calidad de nuestra energía. De acuerdo a las leyes herméticas, como es arriba es abajo y como es adentro es afuera. Si quieres mejorar la calidad de tu vida, debes de hacerlo comenzando con la calidad de tu cuerpo y de tu mente.

Hay quien puede decir que estoy obsesionada con el tema y que no paro de insistir en la vital importancia de mantener una mentalidad positiva cargada de pensamientos amorosos y libre de juicios y de culpas. Y puede que esté obsesionada, pero me da igual y lo voy a volver a repetir: es imposible ser feliz con una mente llena de envidia, odio y rencor. Simplemente, no se puede.

Estos pensamientos no es solo que afecten directamente a la energía que emanas, que también, sino que afectan a tu cuerpo físico, haciendo que este vibre en emociones de muy baja vibración. Estas emociones, al mismo tiempo, van a hacer que se bloqueen tus chakras y que generes contracturas que harán que te encuentres peor a nivel físico, lo cual, a su vez, hará que generes pensamientos de enfado y frustración y, así, volvemos al principio. Debemos de pensar en nuestro cuerpo en su totalidad, ateniendo a nuestras necesidades tanto físicas, como emocionales, energéticas y espirituales. Si uno de estos campos de nuestro ser se ve afectado, el resto también lo hará como si fuesen fichas de dominó que caen una tras otra.

La meditación ayuda mucho a calmar la mente.

Vínculos sanos

Otro de los temas de los que hablo con frecuencia es la importancia de rodearte de gente que emane una energía positiva. La felicidad es contagiosa y estar con personas felices te va a ayudar a sentirte feliz tú también. Este punto es importante para todo el mundo, pero en concreto para las personas especialmente sensibles ya que, al poder percibir a más niveles, somo más susceptibles de que las energías negativas de estas personas nos afecten más que al resto.

Además, los individuos incapaces de ser felices por no querer hacerse responsables de su existencia, suelen tener envida de aquellas personas que sí son felices. Su compañía no te va a hacer ningún bien y si, por el motivo que sea, no pueden cortar el contacto con ellos por completo, trata de limitarlo lo máximo posible.

Finalmente, otro punto a tener en cuenta si quieres mejorar el estado de tu energía es mantener un contacto estrecho con la naturaleza. Abrazar un árbol durante un par de minutos es una de las formas más rápidas y sencillas de elevar tu frecuencia vibratoria y de recargarte de energía limpia. A mí, personalmente, me gusta imaginar que mi corazón se conecta con el tronco del árbol a través de una fuente lumínica procedente del centro de la tierra. Con esta visualización, permito que esa energía tan bonita ingrese en mi cuerpo al mismo tiempo que devuelvo la energía que me sobra de vuelta a la Madre para que la transmute como ella considere necesario.

Si te ha gustado el artículo o si tienes alguna duda, sugerencia o comentario que te gustaría hacer, escríbeme, me encantará leerte.

Hacernos responsables de nuestra energía y tomar la iniciativa a la hora de cuidarla nos hace mucho bien tanto a nosotras como a quienes nos rodean. Ser la mejor versión de nosotras mismas es el mayor regalo que podemos hacer a quienes amamos.

Te lo digo yo, que soy la persona más normal que conozco.