La magia no tiene colores, aunque hay diferentes tendencias o caminos que una bruja puede recorrer

Bruja trabajando con diferentes elementos mágicos.

Bruja trabajando con diferentes elementos mágicos.


Magia blanca, negra, roja, rosa, elemental… Se suele poner una etiqueta de acompañamiento al término magia para que se entienda qué tipo de práctica es pero, en última instancia, la magia, magia es. Ahora bien, ¿sabes qué es la magia?

La magia es una alquimia de energías y de elementos físicos utilizada para determinado propósito. Así pues, la etiqueta que acompaña al término “magia” nos sirve para identificar el tipo de práctica realizada por lo que, si bien la magia no es de colores, sí que existen diferentes tendencias mágicas.

Una tendencia mágica es un camino que, como bruja, escoges seguir. Una tendencia no excluye necesariamente otras, sino que se pueden combinar salvo en el caso de que los votos que ha tomado la bruja sean contrarios a las prácticas realizadas en la otra tendencia. Este es el caso de la magia blanca, cuyas brujas toman votos que prohíben el trabajo en colaboración con seres del bajo astral, por lo que la tendencia de la magia blanca no es compatible con la de la magia negra.

Ninguna tendencia mágica es buena o mala, pero cada una tiene unas reglas de juego diferentes que es importante conocer antes de embarcarte en ella. La diferencia puede radicar tanto en el objetivo del ritual como en los elementos utilizados o entidades contactadas para llevarlo a cabo.

La magia blanca busca la armonía, protección y el crecimiento centrándose en el uso de fuerzas benevolentes y universales como el amor, el merecimiento y la gratitud. En el caso de que se recurra a trabajar con entidades o deidades, estas siempre pertenecen al espectro lumínico. En magia blanca se puede trabajar, por ejemplo, con arcángeles, ángeles, seres elementales benevolentes y deidades de luz como Isis, Afrodita o Lakshmi. La magia blanca no contempla ataques, pero sí protecciones. El ritual de protección utilizado en magia blanca se llama volteo y, con él, la bruja blanca solicita que todo daño enviado a ella o a la persona que le ha encargado el volteo sea devuelto directamente a aquel que lo emitió.

No porque el volteo sea un ritual de magia blanca está carente de consecuencias. Las consecuencias del volteo están derivadas únicamente del tipo de daño enviado. Cuanto mayor sea el daño, mayores serán las consecuencias para la persona que lo ha creado. Aquí, quiero recalcar que no es que la bruja blanca envíe un castigo a nadie, sino que el propio ejecutor del daño recibe el mismo mal que ha enviado, por lo que es él el único responsable de las consecuencias que le pueda causar el volteo. Conclusión: no le desees mal a nadie, todo acaba volviendo.

En magia negra, por el contrario, se trabaja con entidades procedentes del bajo astral, como, por ejemplo, demonios, con quienes se hace un pacto. Para conseguir determinado objetivo, se solicita la ayuda de una o varias de estas entidades, con la cual se pone en contacto la bruja negra, que actúa como intermediaria entre la entidad y el cliente. A cambio de su ayuda, se le ofrece un pago a la entidad, pago que va en proporción a lo que quieres conseguir: cuanto más valioso o difícil es aquello que quieres que la entidad haga por ti, más caro será el pago.

Si bien en magia blanca no se realizan ataques, castigos ni ningún tipo de práctica que limite el libre albedrío de nadie, en magia negra si que está permitido realizar actividades de este estilo. Además, al igual que hay deidades de luz, también las hay de bajo astral, como es el caso de Chernabog, Veles o Marena.

La magia negra, contra lo que se piensa comúnmente de ella, no realiza únicamente prácticas dirigidas a dañar, sino que también se puede utilizar con fines beneficiosos como abrir caminos a nivel profesional o atraer el amor, que es diferente a someter a la persona deseada.

Al trabajar el tema del amor, por ejemplo, desde la perspectiva de la magia blanca se puede limpiar la relación o realizar un endulzamiento. La parte de la magia blanca que trabaja el amor se llama magia rosa. En magia negra, sin embargo, también se podría recurrir a prácticas como los amarres, los cuales buscan someter a la persona deseada.

Otra tendencia mágica muy controvertida es la magia roja, la cual utiliza sangre y, en algunas ocasiones, sacrificios animales o humanos. Como todo tiene dos caras porque vivimos en un universo dual, la magia roja se puede utilizar para fines tan diferentes como sanar una enfermedad o como causar mal a alguien. Para practicar magia roja no es necesario hacer sacrificios, sino que basta con pincharte un dedo para usar tu sangre. En magia blanca no está permitida la laceración de ningún miembro, siendo la sangre menstrual la única permitida.

Finalmente, llegamos a la tendencia mágica dentro de la cual yo me siento más cómoda: la magia elemental, que es aquella que accede directamente a la naturaleza. Por sus características, es probable que sea una de las primeras formas de magia ya que, en la antigüedad, los seres humanos adoraban a la naturaleza, a la lluvia, al sol, a la luna, a los ríos, al mar…

En magia elemental es muy frecuente el trabajo conjunto con los espíritus que habitan en cada uno de los elementos. La magia elemental, si bien no es ni blanca ni negra, se puede combinar con ambas tendencias. Es decir, según la intención que tenga la práctica o el ritual, los elementos utilizados y los elementales contactados y la forma de contactarlos podría decirse que es magia elemental blanca o negra. Precisamente por eso, hay quien considera que la magia elemental, en su estado más puro, es magia gris.

La magia blanca no permite el uso de ningún elemento que haya poseído vida, como es el caso de huesos. La magia negra, no obstante, no tiene esa restricción y la magia elemental, sin tacharla de blanca o negra, tampoco. De hecho, es muy frecuente que las brujas elementales vayamos a lugares naturales como un bosque y encontremos huesos, a los que consideramos regalos de los elementales del lugar y que estamos encantadas de recoger, esto siempre y cuando no hayamos tomado los votos de magia blanca.

Hay otras tendencias mágicas que también pueden ser utilizados tanto en magia blanca como en magia negra, como es el caso de la magia lunar, la cual se basa en utilizar la maravillosa y muy potente energía de la luna, realizando diferentes prácticas de acuerdo al ciclo lunar.

  • En luna nueva se recomienda realizar rituales de abrecaminos, volteos y ruptura de magia.
  • En cuarto creciente, se puede realizar rituales de crecimiento económico y laboral, de fertilidad y todo lo relacionado con la toma de decisiones y manifestación de deseos.
  • En luna llena, es frecuente trabajar aquello que nos resulta complicado, ya que en luna llena la energía es muy potente y nos puede ayudar en cualquier aspecto que necesitemos. Es un buen momento para rituales de amor y para fortalecer lazos de luz.
  • Por último, el cuarto menguante es un momento de limpiar y soltar, siendo la fase ideal para cortes de lazos y destierros.

Como puedes ver, el camino de cada bruja es único e incomparable con el resto. Si bien no me gusta poner etiquetas, sí considero necesario estudiar sobre cada tendencia mágica e informarte bien antes de comenzar a practicar.

Debido a la gran extensión de tendencias y tipos de prácticas mágicas, en este artículo tan solo doy una pincelada de las más conocidas, aunque hay otras igualmente de interesantes como la magia del caos o la necromancia. Ahora, es tu momento de seguir investigando y ampliando tus conocimientos.

A medida que vayas practicando e informándote sobre el tema, irás descubriendo con qué tipo de práctica te sientes más cómoda e irás desarrollándote cada vez más. Recomiendo hacer esto libres de prejuicios y miedos, tu camino es tuyo y lo puedes transitar de la forma que mejor te haga sentir.

Te lo digo yo, que soy la persona más normal que conozco.